viernes, 20 de agosto de 2010

AMARÁS A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO

El Evangelio de la liturgia de hoy es clave para nuestra vida cristiana.

En aquel tiempo, los fariseos, al oír que había hecho callar a los saduceos, se acercaron a Jesús y uno de ellos le preguntó para ponerlo a prueba: " Maestro, ¿ cuál es el mandamiento principal de la Ley ?" Él le dijo: "amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser. Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semajante a él: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los profetas".


La ley religiosa judía era sumamente complicada. Se componía en total de 248 preceptos y 365 prohibiciones. Como es lógico, todo ese enorme cuerpo legal no podía tener la misma importancia en todos y cada uno de esos preceptos y prohibiciones. Pero con frecuencia los rabinos insistían en que preceptos " pequeños " eran de la máxima importancia ( U. Luz ). De ahí, la intención de poner a Jesús en un aprieto al preguntarle cuál era el mandamiento principal.

Jesús pone la cumbre de todos los mandamientos en lo que se dice en Deut 6, 5. Por encima de cualquier otro precepto o prohibición está el amor. La originalidad de Jesús está en que, sin que le pregunten eso, une el amor de Dios el amor al prójimo ( Lev 19, 18 ). Con lo cual viene a decir que no es posible amar a Dios si el amor al prójimo no es equivalente. Se trata, en el fondo, de un mismo idéntico amor.

El planteamiento de Jesús es decisivo. Porque, como a Dios nadie lo ve, nos podemos equivocar, y nos equivocamos constantemente, pensando que amamos a Dios, cuando en realidad, lo único comprobante infalible que tenemos de nuestro amor a Dios es el amor que nos une a los demás, sobre todo a los que más lo necesitan. Y no olvidemos jamás que la comprobación del amor, que se tiene a otras personas, no es lo que siente el presunto amante, sino lo que piensan, dicen y sienten lo que tienen que ser amados. Este es el test del verdadero amor a los demás. Y, en definitiva, a Dios. Todo lo demás son formas de engañarse uno a sí mismo.

La religión de Jesús. Jose Maria Castillo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario