miércoles, 23 de febrero de 2011

LA CRISIS EN LA IGLESIA CATÓLICA.

En relación a mi escrito del pasado lunes, sobre la huida de los jóvenes de la Iglesia. He recibido varios correos, insistiendo muchísimo, en las causas que han producido, la crisis que padece la Iglesia Católica en la actualidad, y que no la podemos olvidar.

El cambio ideológico y social que sea producido en el mundo y se está produciendo, la jerarquía se ha quedado obsoleta, las ceremonias no se han renovado, la forma de transmitir la fe ha dado pasos atrás, la falta de vocaciones sacerdotales y religiosas, los jóvenes ven a la Iglesia como algo que oprime no como una institución que libera, la opulencia en la que vive la jerarquía y su prepotencia, en fin muchas causas, sin contar con los últimos escándalos sexuales que a lo largo y ancho de este mundo se han descubierto, son los grandes motivos que han contribuido a la crisis que la Iglesia Católica padece.

Es verdad, que todo esto ha influido en la Iglesia. Y es lógico, pues es la Iglesia la que está en el Mundo y no el Mundo en la Iglesia. Pero lo que yo creo, que verdaderamente ha influenciado la gran crisis de la Iglesia, es el abandono de la Iglesia del proyecto de Jesús. No se trata de modernizarse, sino de actualizar hoy la experiencia genuina y originaria del cristianismo, como dijo Pagola en su última conferencia en Santander.

La Iglesia no es algo acabado que hemos de ir adaptando mejor o peor a cada época. Es un organismo vivo que ha de estar en continuo y permanente nacimiento, naciendo de Cristo en cada tiempo. Nuestra tarea no es ser fieles a una figura de Iglesia y un estilo de cristianismo desarrollados en otros tiempos y para otra cultura. Lo que nos ha de preocupar es hacer posible hoy el nacimiento humilde de una Iglesia, capaz de actualizar en la sociedad moderna el espíritu y el proyecto de Jesús.

Y, así es reconocido, por el Papa en la entrevista con el periodista Peter Seewald, recogida en el libro " Luz del Mundo " ( título del libro que al parecer eligió Benedicto XVI ). El Papa insiste en la necesidad de «definir de nuevo tanto la vocación de la Iglesia como su relación con la modernidad». Afirma que la «religiosidad tiene que regenerarse de nuevo en el contexto de la sociedad moderna para encontrar nuevas formas de expresión y comprensión». Insiste en que «hay que preguntarse siempre qué cosas, aunque hayan sido consideradas como esencialmente cristianas, eran en realidad sólo expresión de una época. Debemos regresar una y otra vez al Evangelio y a las palabras de la fe para ver qué es realmente lo esencial y qué se ha de modificar legítimamente con el cambio de los tiempos».

Posiblemente si seguimos estas líneas que refleja el Papa en su entrevista, la actitud de la Iglesia ante el mundo moderno cambiaría mucho. Otra cosa, es que el Papa piense esto y la curia vaticana otra.

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