sábado, 16 de abril de 2011

DOMINGO DE RAMOS. ENTRADA DE JESÚS EN JERUSALÉN.

El evangelio de la liturgia de hoy, Domingo de Ramos, corresponde a la Pasión y Muerte de Jesús según San Mateo 26, 14-27,66. Ya tendremos tiempo, durante esta Semana Santa de reflexionar sobre la Pasión y Muerte de Jesús.

Por eso, voy a recoger para este domingo, el pasaje evangélico de la entrada de Jesús en Jerusalén según el Evangelista Mateo 21, 1-11.

La Pasión y la Muerte de Jesús, comienza con su llegada a Jerusalén

"Cuando se acercaban a Jerusalén y llegaron a Betfagé, junto al monte de los Olivos, Jesús mandó a dos discípulos, diciéndoles: "Id a la aldea de enfrente, encontraréis enseguida una borrica atada con su pollino, desatadlos y traédmelos. Si alguien os dice algo contestadle que el Señor los necesita y los devolverá pronto". Esto ocurrió para que se cumpliese lo que dijo el profeta: "Decid a la hija de Sión: Mira a tu rey, que viene a ti, humilde, montado en un asno, en un pollino, hijo de acémila". Fueron los discípulos e hicieron lo que les había mandado Jesús: trajeron la borrica y el pollino, echaron encima sus mantos y Jesús se montó. La multitud extendió sus mantos por el camino, algunos cortaban ramas de árboles y alfombraban la calzada. Y la gente que iba delante y detrás gritaba: "¡Viva el Hijo de David!""¡Bendito el que viene en nombre del Señor!""¡Viva el Altísimo!". Al entrar en Jerusalén, toda la ciudad preguntaba alborotada:"¿Quién es éste?". La gente que venía con él decía: "Es Jesús, el profeta de Nazaret de Galilea".

COMENTARIO.-

A la hora de leer este pasaje evangélico, es conveniente distinguir, el hecho histórico que se nos narra y la enseñanza religiosa que se nos transmite.

El hecho histórico es la llegada y entrada de Jesús a la Ciudad Santa, Jerusalén. Jerusalén la ciudad del Templo, donde se encuentra el arca de la alianza.

Debemos de tener en cuenta, que todos los evangelios, son escritos a partir de los cincuenta años, de este acontecimiento en la vida de Jesús. Y es, por lo que nosotros, podemos deducir que, los evangelistas describen que Jesús sabía lo que se iba a encontrar a su llegada a Jerusalén. Ya que la pregunta es inmediata, ¿Esperaba Jesús que le sucediera verdaderamente, lo que le pasó ?.

Independientemente de esa incógnita, lo cierto es que la llegada de Jesús a Jerusalén, será la culminación, y no como un derrotado, sino como aclamara el pueblo: "Bendito el que viene en nombre del Señor".

Es de aquí, de donde parte la según enseñanza de este trozo evangélico. El que viene a la ciudad, centro de la espiritualidad religiosa, es el hombre que viene en nombre del Señor, el Hijo de David, el Hijo de Dios.

El evangelista recoge muy bien en este evangelio, como prepara Jesús, su llega al Templo, a la Ciudad Santa, como prepara el también su camino de espiritualidad. Jesús no deja que nadie lo prepare, lo prepara él y le encarga a sus discípulos como tienen que hacerlo. Pero como tiene que hacerlo para Él y para ellos.

Jesús no entra como un triunfador victorioso. Sino al contrario, con sencillez, con humildad y bondad, rodeados de todos en un ambiente de paz y alegría.

Lógicamente tendríamos que preguntarnos, como es nuestra entrada en nuestro templo, en nuestra religión. Como es nuestro camino hacia Jesús. Como es nuestro caminar por la vida.

Reconozcamos y reflexionemos honestamente durante esta semana santa, que la Iglesia se ha equivocado. Jesús se subió a una borrica, mientras que sus representantes utilizan hoy los vehículos más sofisticados y lujosos. Y esto no es demagogia, esto es una realidad, que ha anulado la sencillez, la humildad con la que Jesús nos quiso enseñar como deberíamos empezar para poderle seguir y entrar en el camino de Dios Padre.

DIFUNDID EL EVANGELIO. PÁSALO.
FELIZ SEMANA SANTA A TODOS.

1 comentario:

  1. Igualmente, espero que pases una feliz semana santa y aún más feliz DOMINGO DE RESURRECCIÓN. No se cuantos seguidores tendrás.. pero soy tu fan número uno desde que te descubrí... y recomiendo tu blog a muchísimos amigos. GRACIAS POR TODO TU ESFUERZO Y TRABAJO, EL SEÑOR TE BENDIGA.

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