sábado, 24 de marzo de 2012

EVANGELIO DOMINGO 25 DE MARZO 2012. QUINTO DOMINGO DE CUARESMA.

Evangelio según Juan 12, 20-23

"En aquel tiempo, entre los que habían venido a celebrar la Fiesta había algunos gentiles; éstos, acercándose a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le rogaban: "Señor, quisiéramos ver a Jesús". Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús. Jesús les contestó: "Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del Hombre. Os aseguro, que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre le premiará. Ahora mi alma está agitada y, ¿qué diré?: Padre líbrame de esta hora. Pero si por esto he venido, para esta hora. Padre, glorifica tu nombre". Entonces vino una voz del cielo: "Lo he glorificado y volveré a glorificarlo". La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel. Jesús tomó la palabra y dijo: "Esta voz no ha venido por mí, sino por vosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el Príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí". Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba a morir".

COMENTARIO.-

Durante la semana pasada y esta que comenzamos, estamos leyendo el evangelio de Juan en la liturgia diaria.

El evangelio de Juan, como todos sabemos, es el último que se escribió, en torno a los años 90 a 100 d C. Está última redacción, tan alejada en el tiempo histórico, ha hecho del evangelio de Juan, un escrito basado más en su reflexión y elaboración teológica, que en su historicidad, realidad que hace difícil su comprensión.

Con esto lo que quiero decir, es que en el evangelio de Juan, no se puede comentar las palabras de Jesús, como si fueran palabras directas y pronunciadas por Jesús. Las palabras de Jesús en este cuarto evangelio, han sido puestas por el evangelista en boca de Jesús para expresar la reflexión teológica que la comunidad ha elaborado, a lo largo de su experiencia de fe. De aquí, la diferencia de este evangelio con los sinópticos (Marcos, Mateo, Lucas), y también, la complejidad muchas veces de entender el evangelio de Juan.

Si, se interpreta como histórico, el Jesús presentado en el evangelio de Juan, caemos casi inevitablemente en la herejía monofisista (Jesús como solamente divino, no humano). Leer y proclamar o comentar el evangelio de Juan sin un comentario exegético mínimo, y, por omisión, no evitar una interpretación directa literal del mismo, es un flaco servicio a la fe del pueblo cristiano.(Koinonía). Este es posiblemente uno de los grandes errores, que hemos cometido a lo largo de los tiempos en nuestra labor pastoral.

El evangelio de hoy domingo comienza narrando el interés de unos gentíles por conocer a Jesús. El hecho de que sean unos gentiles quienes buscan a Jesús, representa ser un símbolo de la universalidad del evangelio, pues «incluso los paganos buscan a Jesús».

El evangelista nos va a dejar claro que el conocimiento de Jesús, de su evangelio y su mensaje, les va a llegar por mediación de los discípulos de Felipe y Andrés.

Esta ocasión de encuentro es aprovechada, para anunciar su pasión y muerte en la cruz para alcanzar la redención del mundo. Ahora bien, debemos de tener mucho cuidado con esta idea. Pues podemos dar la impresión, que sea dado durante mucho tiempo, de que la salvación viene atraves del sufrimiento, como si Dios quisiera que sus hijos que somos todos nosotros sufrieramos para salvarnos.

Para ello utiliza la parábola del grano de trigo. El grano de trigo, no muere sino se transforma en una espiga que da más granos. Dios no quiere la muerte, sino el fruto, es decir, la vida. Con lo que nos quiere decir, que este mundo, ponerse de parte de la vida, y de los derechos de la vida, supone una transformación en el verdadero seguimiento de Jesús: "El que quiera servirme, que me siga y donde esté yo, allí estará mi servidor". Quien se agarra egoístamente a su vida, la echa a perder; quien sabe entregarla con generosidad genera más vida.

EL CONOCIMIENTO DE JESÚS, LLEGA ATRÁVES DE LA MEDIACIÓN DE SUS DISCÍPULOS.

SEAMOS MEDIADORES DE CRISTO EN NUESTRO ENTORNO, DIFUNDIENDO Y VIVIENDO EL EVANGELIO. PÁSALO.

Mañana domingo, realizaremos una reflexión, sobre la festividad de la anunciación del señor.

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