sábado, 9 de junio de 2012

EVANGELIO DOMINGO 10 DE JUNIO 2012. FESTIVIDAD DEL CORPUS CHRISTI.


Evangelio según san Marcos 14, 12-16. 22-26

El primer día de los Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron a Jesús sus discípulos: - «¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?»
Él envió a dos discípulos, diciéndoles:
- «Id a la ciudad, encontraréis un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo y, en la casa en que entre, decidle al dueño: “El Maestro pregunta: ¿Dónde está la habitación en que voy a comer la Pascua con mis discípulos?”. Os enseñará una sala grande en el piso de arriba, arreglada con divanes. Preparadnos allí la cena.»
Los discípulos se marcharon, llegaron a la ciudad, encontraron lo que les había dicho y prepararon la cena de Pascua.
Mientras comían, Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio, diciendo: - «Tomad, esto es mi cuerpo.»
Cogiendo una copa, pronunció la acción de gracias, se la dio, y todos bebieron. Y les dijo: - «Ésta es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por todos. Os aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios.»
Después de cantar el salmo, salieron para el monte de los Olivos.

COMENTARIO.-

Esta fiesta surgió en la Edad Media, cuando en 1208 la religiosa Juliana de Cornillon promueve la idea de celebrar una festividad en honor al cuerpo y la sangre de Cristo presente en la Eucaristía. Así, se celebra por primera vez en 1246 en la Diócesis de Lieja (Bélgica).  Fue instituida festividad en la Iglesia Católica el 8 de septiembre de 1264 por el papa Urbano IV. Su principal finalidad es proclamar y aumentar la fe de los católicos en la presencia real de Jesucristo en el Santísimo Sacramento.

Según nuestra fe y nuestra tradición Jesús instituyó la eucaristía en la cena de Pascua, según nos relatan los evangelios sinópticos. Pero es el Evangelio de Juan, el que nos deja muy claro, que aquella cena no fue la cena de Pascua, sino la cena de despedida de Jesús con sus discípulos. Por lo tanto, esa cena no fue un acto religioso, sino el hecho de compartir la mesa, “que simboliza la existencia de unos sentimientos y una relación”(L.E.Klosinski). Así, Jesús construía una comunidad nueva en el mundo, no basada en el honor y la posesión de bienes, sino en la comunión de personas. Así lo vivieron los cristianos durante los primeros siglos de la Iglesia.(Castillo).

Deberíamos de aprovechar el día de hoy, para reflexionar si nuestra celebración eucarística, nos lleva a revivir la última cena que Jesús celebró con sus discípulos la víspera de su ejecución, o por el contrario la hemos transformado en una ceremonia religiosa, a veces llena de pomposidad, que la mayoría de las veces nos deja indiferente y nos aleja de la realidad que Jesús quiso compartir. ¿Qué es lo que quería dejar grabado para siempre en sus discípulos? ¿Por qué y para qué debían seguir reviviendo una vez y otra vez aquella despedida inolvidable?.

Hoy también día de la caridad, se nos recuerda: “Vive sencillamente para que otros, sencillamente, puedan vivir”. Que este lema nos lleve, en primer lugar, a celebrar de forma más sencilla nuestra Eucaristía, para que con esa sencillez recuperemos el significado y la práctica original de la Cena del Señor. En segundo lugar, para que en estos momentos de crisis donde muchos de los nuestros, están pasándolo mal, vivamos la verdadera Eucaristía de Cristo, una comunidad nueva en el mundo, no basada en el honor y la posesión de bienes, sino en la comunión de personas.

LA EUCARISTÍA HACE MEMORIA DE JESÚS, QUE NOSOTROS HAGAMOS VIVA ESA MEMORIA.

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