sábado, 23 de marzo de 2013

EVANGELIO DOMINGO 24 DE MARZO DE 2013. DOMINGO DE RAMOS.


Evangelio según San Lucas 19, 28-40.

En  aquel tiempo, Jesús echó a andar delante, subiendo hacia Jerusalén.  Al acercarse a Betfagé y Betania, junto al monte llamado de los Olivos mandó a dos discípulos diciéndoles: —Id a la aldea de en- frente: al entrar ella encontraréis un borrico atado, que nadie ha montado todavía. Desatadlo y traedlo, y si alguien os pregunta: « ¿Por qué lo desatáis?» contestadle: «El Señor lo necesita»   Ellos fueron y lo encontraron como les había dicho. Mientras des- ataban el borrico, los dueños les preguntaron: — ¿Por qué desatáis el borrico?  Ellos contestaron: —El Señor lo necesita. Se lo llevaron a Jesús, lo aparejaron con sus mantos, y le ayudaron a montar. Según iba avanzando la gente alfombraba el camino con los mantos. Y cuando se acercaba ya a la bajada del Monte de los Olivos, la masa de los discípulos, entusiasmados, se pusieron a alabar a Dios a gritos por todos los milagros que habían visto, diciendo: — ¡Bendito el que viene como Rey, en nombre del Señor! Paz en el cielo y gloria en lo alto. Algunos de entre la gente le dijeron: —Maestro, reprende a tus discípulos.  El replicó: —Os digo que si estos callan, gritarán las piedras. 

COMENTARIO.-

Este domingo como todo domingo celebramos el misterio Pascual completo: la muerte y Resurrección del Señor, pero la liturgia tiene dos acentos o enfoques: La entrada triunfal del señor como rey en Jerusalén y la Pasión del Señor.

Yo, he elegido para reflexionar este domingo, el texto evangélico en el que, se recoge la entrada de Jesús en Jerusalén, como el acontecimiento del inicio de la Pasión de Jesús, que comenzamos en este Domingo de Ramos y que viviremos durante toda esta semana santa.

El acontecimiento que nos narra Lucas en este texto, da la impresión de que, en realidad lo que aconteció fue una entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Pero, lejos de ese triunfalismo, Jesús posiblemente, lo que fuera, es acompañado de una gran multitud de personas que encontraban en Él, en su palabras y en sus gesto la defensa de la dignidad de persona que todos tenían, creyentes y no creyentes.

Por eso, lo más llamativo de este pasaje es “¡Bendito el que viene en nombre del Señor!”.  Como la aclamación del pueblo amenazado, acosado y en peligro, siendo Jesús para ellos plena esperanza.

Durante tiempos la entrada del vicario de Cristo en la tierra, ha estado llena de triunfalismo. El Papa Francisco, lejos de ese triunfalismo, está siendo aclamado por los miembros de la Iglesia, por sus palabras, gestos y defensa de la dignidad de las personas creyentes y no creyentes. El Papa Francisco nos recuerda con este estilo de vida, que en esta manifestación de la vida, JESÚS va delante de todos nosotros.

JESÚS VA DELANTE, VAYAMOS CON ALEGRÍA JUNTO A ÉL.

DIFUNDID EL EVANGELIO. PÁSALO.

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