sábado, 20 de junio de 2015

EVANGELIO DOMINGO 21 DE JUNIO 2015. 12ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO.

Evangelio según San Marcos 4, 35-40

"Aquel día, al anochecer, dijo Jesús a sus discípulos: “Vamos a la otra orilla". Dejando a la gente, se lo llevaron en barca, como estaba: otras barcas los acompañaban. Se levantó un fuerte huracán y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua. Él estaba a popa, dormido sobre un almohadón. Lo despertaron diciéndole: "Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?". Se puso en pie, increpó al viento y le dijo al lago:"¡Silencio, cállate!". El viento cesó y vino una gran calma. Él les dijo:"¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?". Se quedaron espantados y se decían unos a otros:"¿Pero, quién es éste? ¿Hasta el viento y las aguas le obedecen!".

COMENTARIO.-

Yo no conozco el Lago de Galilea, pero indiscutiblemente no deja de ser un lago, en el cual creo que es difícil que se origine unas olas y una tempestad que fueran a romper las barcas, y que al mismo tiempo asustara a unos curtidos pescadores. Lógicamente, no es posible conocer ese acontecimiento histórico, sino a través de lo que nos cuenta en este texto bíblico la comunidad de Marcos.

Por eso, lo importante de este evangelio, no es si Jesús realizó o no el milagro. “Se puso en pie, increpó al viento y dijo al lago: ¡Silencio, cállate! El viento cesó y vino una gran calma. Se quedaron espantados y se decían unos a otros: ¿Pero, quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!”. Lo importante para nosotros y lo que debemos de aprender de este texto, es la información que se nos da para comprender y vivir mejor la fe en Jesús. Y lo importante según este relato, para Jesús, es que la falta de fe no consiste en nuestros errores o fallos, sino en dejarse llevar por el miedo.

Efectivamente, el enemigo número uno de la fe en Jesús no es el error, sino el miedo. Porque el miedo paraliza la capacidad de pensar. Y más aún la posibilidad de decir lo que se piensa. El miedo nos condena al silencio estéril. Y además nos pervierte. Porque nos hace fuertes ante los débiles y débiles ante los fuerte. Cuando se llega a semejante vileza, ya no es Jesús quien conduce nuestra vida. En tal situación, nuestra vida es juguete de intereses inconfesables. (Castillo).


¿QUÉ APORTO YO A LA IGLESIA?, ¿MIEDO O FE?, ¿PESIMISMO O CONFIANZA?, ¿TURBACIÓN O PAZ?

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