La
"encíclica verde" del Papa Francisco ha arrojado infinidad de
reacciones entre los principales líderes políticos. La denuncia de la
degradación medioambiental y los efectos del cambio climático, y la necesidad
de una "conversión ecológica" que se lleva a cabo en Laudato Si ha
sido bienvenida por gobiernos de todo el mundo. Aunque no todo han sido
elogios.
Así,
el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se mostró esperanzado de que los
líderes mundiales consideren el llamado del Papa Francisco para tomar acción
inmediata para combatir el cambio climático, previo a las pláticas de Naciones
Unidas al respecto, a realizarse en diciembre próximo en París.
En
el documento de enseñanza, el papa criticó a las Legislaturas internacionales
por no adoptar políticas efectivas y a largo plazo que protejan el ambiente y
ayuden a aquellos que sufren las peores consecuencias del calentamiento global.
"Tenemos
la enorme responsabilidad de proteger a nuestros hijos y a los hijos de
nuestros hijos, del impacto perjudicial del cambio climático. Creo que Estados
Unidos debe liderar esos esfuerzos", dijo Obama en un comunicado.
Aunque
el presidente ha tomado medidas para atender el tema durante su gobierno, sus
esfuerzos han encontrado oposición de los legisladores republicanos en el
Congreso. Francisco realizará su primer viaje a Estados Unidos en septiembre,
comenzando por Washington, donde se reunirá con Obama y hablará ante una sesión
conjunta del Congreso.
"Mientras
nos preparamos para las negociaciones de calentamiento global de París en
diciembre, espero que todos los líderes del mundo - y todos los hijos de Dios -
reflexionen sobre el llamado del papa Francisco a unirse para cuidar de nuestro
hogar común", comentó Obama.
Como
anfitrión de la Cumbre del Clima de diciembre próximo, el Presidente francés
François Hollande dijo que espera que la "voz particular" del Papa
sea "escuchada en todos los continentes, más allá del ámbito de los creyentes".
El
Banco Mundial, por su parte, dice que la encíclica del papa es un
"recordatorio rudo" del vínculo entre el cambio climático y la
pobreza. El presidente del banco, Jim Yong Kim, dijo que los impactos del
cambio climático, "incluyendo la frecuencia creciente de eventos
meteorológicos extremos, son los más devastadores para el número
inaceptablemente alto de personas que viven hoy en la pobreza extrema".
Por
otro lado, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, defendió que en su país
no son "capitalistas ni depredadores" y valoró el documento
pontificio como uno de los "más importantes que han salido en la últimas
décadas" con un contenido "profundamente humanista, cristiano".
Juan
Manuel Santos aseguró que los colombianos serán "soldados de esa
causa" para proteger el medioambiente y dijo que su país acoge con
entusiasmo el llamado del sumo pontífice. Las políticas contra el medioambiente
afectan "sobre todo a los más pobres, a los más vulnerables", añadió
Santos.
El
Gobierno boliviano elogió hoy la "avanzada y revolucionaria"
encíclica del papa Francisco sobre el calentamiento global, al considerar que
coincide con varias de sus políticas y planteamientos sobre el cuidado de la
"madre tierra".
"Son
conceptos muy importantes de avanzada, creo que son conceptos revolucionarios y
no por nada, debe ser por algo, la derecha conservadora internacional ha
arremetido ahora, (y) hablan de un papa marxista", dijo el viceministro de
Coordinación con los Movimientos Sociales, Alfredo Rada, según la agencia
pública ABI.
Rada
resaltó que en la encíclica papal hay conceptos importantes como "la deuda
ecológica" que tienen los países del norte con los del sur, porque son los
que más contaminan y depredan la naturaleza.
Quien
también anunció una campaña, pero en contra de la encíclica, fue el Instituto
Heartland, un grupo conservador escéptico del cambio climático. "El Papa
está poniendo su autoridad moral detrás de la radical agenda ambiental de la
ONU y lo está haciendo después de que dijera sólo una parte de la historia del
clima", dijo Jim Lakely, portavoz del instituto. Heartland contactará a
"cientos de miles de católicos" en EE.UU. para contrarrestar el
mensaje del Papa y "mostrarles la verdad sobre el cambio climático",
agregó Lakely.
Pese
a haberse convertido al catolicismo hace 25 años, el ex gobernador de Florida y
posible candidato a la presidencia de EE.UU. por el partido Republicano, Jeb
Bush, también se alineó con la
denominada corriente negacionista del cambio climático. "No dejaré que mis
obispos, mis cardenales o mi Papa me dicten la política económica", dijo,
en clara referencia a las implicancias económicas que pueden tener medidas
contra el cambio climático, como la reducción de las emisiones de gases de
efecto invernadero.
"No
quiero parecer irrespetuoso, pero no lo considero un experto en asuntos
ambientales", dijo el representante republicano Joe Barton, miembro del
panel de Energía y Comercio.
El
presidente de la cámara baja, el republicano John Boehner, un católico que
invitó al pontífice a hablar en el Congreso este año, dijo que el papa no teme
expresar opiniones controversiales en varios temas. "Yo respeto su derecho
a hablar sobre esos asuntos importantes", dijo Boehner, pero objetó cuando
se le preguntó si las opiniones del papa, dadas a conocer en una encíclica
publicada el jueves, pudieran alentar acción legislativa por los republicanos.
"Hay
muchas propuestas de ley en el Congreso. No estoy seguro en qué parte del
proceso esas propuestas pudieran estar", dijo Boehner.
En
Polonia, uno de los países europeos donde el catolicismo tiene más peso, pero
que cuenta con el carbón como principal fuente energética para producir
electricidad, sectores conservadores
cuestionaron ayer la encíclica "ecologista" del Papa
Francisco. "No podemos dejar de extraer carbón, cerrar nuestras minas o
las plantas de electricidad que usan este mineral", dijo el diputado
Andrzej Jaworski, cuyo partido -el nacionalista-conservador Ley y Justicia- se
considera adalid de los valores católicos en Polonia.
Redacción RD.
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