"Los tiempos cambian y
nosotros los cristianos debemos cambiar continuamente", con libertad y en
la verdad de la fe. Lo afirmó el Papa Francisco en su homilía de la Misa
matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta.
El Pontífice reflexionó
sobre el discernimiento que la Iglesia debe hacer viendo los "signos de
los tiempos", sin ceder a la comodidad del conformismo, sino dejándose
inspirar por la oración.
Los tiempos hacen lo que
deben: cambian. Y los cristianos deben hacer lo que quiere Cristo, a saber:
evaluar los tiempos y cambiar con ellos, permaneciendo "firmes en la
verdad del Evangelio". Lo que no se admite es el tranquilo conformismo
que, de hecho, hace que permanezcamos inmóviles.
Inspirándose en un pasaje de
la Carta de San Pablo a los Romanos, el Santo Padre explicó que el Apóstol
predica con "mucha fuerza la libertad que nos ha salvado del pecado".
Mientras el Evangelio relata que Jesús habla de los "signos de los
tiempos" definiendo hipócritas a quienes saben comprenderlos pero no hacen
lo mismo con el tiempo del Hijo del Hombre. Dios nos ha creado libres y
"para tener esta libertad - afirmó el Papa - debemos abrirnos a la fuerza
del Espíritu y entender bien qué cosa sucede dentro y fuera de nosotros",
usando el "discernimiento":
"Tenemos esta libertad
para juzgar lo que sucede fuera de nosotros. Pero para juzgar debemos conocer
bien lo que sucede fuera de nosotros. ¿Y cómo se puede hacer esto? ¿Cómo se
puede hacer esto, que la Iglesia llama ‘discernir los signos de los tiempos'?
Los tiempos cambian. Es precisamente de la sabiduría cristiana conocer estos
cambios, conocer los diversos tiempos y conocer los signos de los tiempos. Lo
que significa una cosa y lo que significa otra cosa. Y hacer esto sin miedo,
con libertad".
El Papa Bergoglio reconoció
que no es una cosa "fácil", porque son demasiados los
condicionamientos externos que también afectan a los cristianos induciendo a
muchos a un más cómodo "no hacer":
"Este es un trabajo que
nosotros no solemos hacer: nos conformamos, nos tranquilizamos con ‘me han
dicho, he oído, la gente dice, he leído...'. Así estamos tranquilos... ¿Pero
cuál es la verdad? ¿Cuál es el mensaje que el Señor quiere darme con aquel signo
de los tiempos? Para entender los signos de los tiempos, ante todo es necesario
el silencio: hacer silencio y observar. Y después reflexionar dentro de
nosotros. Un ejemplo: ¿por qué hay tantas guerras ahora? ¿Por qué ha sucedido
algo? Y rezar... Silencio, reflexión y oración. Sólo así podremos comprender
los signos de los tiempos, y qué cosa quiere decirnos Jesús".
Y comprender los signos de
los tiempos no es un trabajo exclusivo de una élite cultural. Jesús - recordó
Francisco - no dice "miren cómo hacen los universitarios, miren cómo hacen
los doctores, miren cómo hacen los intelectuales...". Y subrayó que Jesús
habla a los campesinos que, "en su sencillez" saben "distinguir
el trigo de la cizaña":
"Los tiempos cambian y
nosotros los cristianos debemos cambiar continuamente. Debemos cambiar firmes
en la fe en Jesucristo, firmes en la verdad del Evangelio, pero nuestra actitud
debe moverse continuamente según los signos de los tiempos. Somos libres. Somos
libres por el don de la libertad que nos ha dado Jesucristo. Pero nuestro
trabajo es mirar qué cosa sucede dentro de nosotros, discernir nuestros
sentimientos, nuestros pensamientos; y ver qué cosa sucede fuera de nosotros y
discernir los signos de los tiempos. Con el silencio, con la reflexión y con la
oración”.
RD. 23-10-2015
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