Vence
la indiferencia y conquista la paz. Es este el título del
Mensaje para la 49ª Jornada Mundial de la Paz, la tercera del Papa Francisco.
La indiferencia respecto de los flagelos de nuestro tiempo, es una de las
causas fundamentales de la falta de paz en el mundo. La indiferencia actual,
está a menudo, vinculada a diversas formas de individualismo que producen
aislamiento, ignorancia, egoísmo y, por tanto desinterés. El aumento de las
informaciones de por sí no significa aumento de atención a los problemas,
cuando no está acompañado de una apertura de las conciencias en sentido
solidario; para alcanzar tal objetivo es indispensable la contribución que
pueden dar, además de las familias, los educadores, los formadores, los
operadores culturales así como los medios de comunicación, los intelectuales y
los artistas. De hecho, la indiferencia se puede vencer solamente afrontando
juntos este desafío.
La paz ha de ser
conquistada: no es un bien que se obtenga sin esfuerzos, sin conversión, ni sin
creatividad y confrontación. Se trata de sensibilizar y formar en el sentido de
responsabilidad respecto de las gravísimas cuestiones que afligen a la familia
humana, como el fundamentalismo y sus masacres, las persecuciones a causa de la
fe y de la pertenencia étnica, las violaciones de la libertad y de los derechos
de los pueblos, la explotación y la esclavización de las personas, la
corrupción y el crimen organizado, las guerras, así como el drama de los
refugiados y de los emigrantes forzados. Dicha obra de sensibilización y
formación tendrá como objetivo dirigirse simultáneamente también a las
oportunidades y posibilidades para combatir estos males: la maduración de una
cultura de la legalidad, de la educación al diálogo y a la cooperación, que en
este contexto, son formas fundamentales de reacción constructiva.
Un campo en el cual, día a
día, se puede construir la paz venciendo la indiferencia, es aquel de las
formas de esclavitud hoy presentes en el mundo, a las que estaba dedicado el
Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz del 2015, «No esclavos sino
hermanos». Es necesario llevar adelante este empeño, con mayor conciencia y
colaboración.
La paz es posible allí donde
el derecho de todo ser humano es reconocido y respetado, de acuerdo a la
libertad y la justicia. El Mensaje del 2016 pretende ser un instrumento del
cual partir para que todos los hombres de buena voluntad, y en particular
aquellos que operan en la instrucción, en la cultura y en los medios de
comunicación, actúen, conforme a las propias posibilidades y a sus mejores
aspiraciones, para juntos construir un mundo más consciente y misericordioso, y
por tanto más libre y más justo.
***
La Jornada Mundial de la
Paz, ha sido instituida por el Papa Pablo VI y se celebra cada año el primero
de enero. El Mensaje del Papa se envía a las Cancillerías de todo el mundo y,
también, señala la línea diplomática de la Santa Sede para el año que inicia.
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