sábado, 9 de abril de 2016

FRANCISCO DARÁ VÍA LIBRE A LOS OBISPOS PARA IMPARTIR LA COMUNIÓN A LOS DIVORCIADOS VUELTOS A CASAR.

Es uno de los temas que han marcado mayor controversia en el interior de la Iglesia católica en los últimos años. El acceso a la comunión de los divorciados vueltos a casar podrá, al fin, ser una realidad para los católicos, según algunas filtraciones de la exhortación postsinodal "La Alegría del Amor" (Amores Laetitia), que será presentada mañana al mediodía.

Así, según afirma el diario Clarín, el Papa pondrá en manos de los obispos de todo el mundo la responsabilidad de elegir o no un "camino penitencial" que por un lado ratificará que el matrimonio católico es indisoluble por voluntad divina, y por el otro brindará la posibilidad de que los divorciados y vueltos casar por el rito civil puedan recuperar la comunión que les ha sido quitada, debido a que viven en situación de grave irregularidad con sus nuevas parejas.

Para Juan Vicente Boo, vaticanista del diario ABC,«La alegría del amor», que será presentado el viernes a mediodía en el Vaticano, es un texto muy largo que recoge los dos Sínodos de la Familia y, por lo tanto, mantendrá la línea de revalorizar la toma de decisiones en conciencia, en diálogos privados entre los divorciados vueltos a casar, su párroco o acompañante espiritual, y el respectivo obispo.

El hecho de que Francisco haya encargado realizar la presentación al cardenal de Viena, Christoph Schoenborn, uno de los teólogos más activos en el grupo de trabajo de lengua alemana en el último sínodo, sugiere que el documento recogerá, probablemente, sus sugerencias de estudiar cada caso en privado y en el «foro interno», es decir, el de la conciencia personal. El propio Schonborn es hijo de padres divorciados.

«Amoris Laetitia», como se llama en latín la exhortación postsinodal, añadirá un nuevo impulso a la integración de todas las personas en situaciones irregulares desde el punto de vista del derecho canónico, que en bastantes lugares son más de la mitad de los católicos.

En ese cuadro, los divorciados vueltos a casar son una minoría muy pequeña en comparación con las parejas que simplemente conviven sin casarse o bien que, en África, están pasando por las diversas fases de matrimonios a prueba negociados entre las familias y no entre los novios.

Los dos sínodos trataron cuestiones delicadas como la preparación de los novios al matrimonio, la transmisión de la vida, el acompañamiento pastoral de las familias, el acceso a los sacramentos de las personas divorciadas y vueltas a casar o la acogida de las personas homosexuales, entre otros importantes temas.

Tras las numerosísimas propuestas que el Papa recibió de los padres sinodales y de destacadísimos expertos de todo el mundo, Francisco fija ahora en este esperado documento las líneas a seguir en la pastoral familiar que algunos consideran debilitada.

Para algunos, hay muchos indicios de que el Papa pondrá en manos de los obispos de todo el mundo la responsabilidad de elegir o no un "camino penitencial" que por un lado ratificará que el matrimonio católico es indisoluble, y por el otro brindará la posibilidad de que los divorciados y vueltos casar por el rito civil puedan recuperar la comunión.

La mayoría de los obispos alemanes coinciden en que el "camino penitencial" debe culminar en la restitución de los sacramentos. Y lo aplicarán. Pero el cardenal alemán Gerhard Mueller, prefecto para la doctrina de la Fe, y el influyente cardenal de Guinea, Robert Sarah, que arrastra a la mayoría de las iglesias africanas, sostienen que el "camino penitencial" no puede terminar en la "segunda oportunidad" matrimonial que acepta la Iglesia Ortodoxa y que evocó el argentino Francisco en una charla con periodistas meses atrás. Es por esto que en la Iglesia católica pueden vivirse momentos tormentosos en un futuro que cada vez es menos lejano.


R.D. 8-4-2016

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