Transcurrida la legislatura
más corta, de la joven democracia española, creo que en la inmensa mayoría de
los españoles ha quedado la gran sensación de la desolación. Es lo que creo que
siente la mayoría de los ciudadanos ante el fracaso para formar gobierno, al
que se suma el que cada partido echa la culpa a los otros sin mirar aquello de
"la viga en el propio" ojo. Y eso, a pesar de haber proclamado que "los
ciudadanos no nos perdonarán si no conseguimos entendernos".
Lo cierto y verdad es que cada
día nos levantamos con las preocupantes noticias de los casos de corrupción
política, de los papeles de Panamá, de las noticias económicas, y ahora de las
futuras elecciones a la que hemos sido abocados por no ser capaces los
políticos de buscar el bien común de todos. Dos meses de campaña electoral escuchando
nuevamente lo mismo. Dos meses, donde nuestros políticos se acordaran de los
rostros sufrientes de los parados, de los pequeños empresarios que intentan con
mil esfuerzo mantener a todos sus trabajadores y colabores, de la juventud
mejor preparada que se tiene que marchar fuera de España, ….
Por otro lado, es cierto
escuchar que no corresponde a la Iglesia jerárquica, como tal, actuar en el
ámbito político para construir una sociedad justa, pero sí corresponde este
papel y es urgente a los fieles cristianos laicos que actúan como ciudadanos
bajo su propia responsabilidad. Pero tan cierto como esto, es que los fieles
laicos deben estar apoyados y acompañados por sus pastores, con el mismo
interés que se suponen colaboran en las tareas interna de la comunidad en favor
del culto, la evangelización y la caridad.
Y más en estos tiempos donde
el concepto de izquierda o de derecha, son concepto ya trasnochados y antiguos,
pues la realidad nos lo demuestra. Hoy debemos de hablar de personas que buscan
el progreso de la humanidad desde el mismo concepto humano, que en función de
las circunstancias sociales, económicas y políticas, actúan con verdadera
justicia e igualdad.
¿Pero qué partido o que
candidatos actúan desde ese modo progresista?
Lógicamente esta pregunta
nos lleva a mojarnos y hacer claros con nuestros principios civiles, religiosos
y éticos.
Una persona o grupo político
es progresista, cuando actúan como unos buenos gestores de la comunidad, en
todos sus ámbitos económicos, sociales, culturales, éticos y religiosos.
No se puede tolerar la
tardanza en los gobernantes en reconocer y asumir la crisis y adoptar medidas
tardías, que con su engaño y mentira perjudican a los más indefensos de la
sociedad. Pues, mientras que con dinero público, el de todos, hemos lavado a
uno de los causante de esta crisis económica como ha sido el sector bancario.
El cual, después de ser ayudado, en estos momentos, son incapaces de perdonar a
aquellos que no pueden pagar su hipoteca, y que le devuelven el piso, la casa,
el local o la nave industrial, y no consideran con ello extinguida su deuda.
Está crisis, ha sido el claro
reflejo de la codicia humana. De la codicia de unos cuantos, que no han sufrido
la oposición de unos gobernantes, que tendrían que haber velado por el interés
de la mayoría, en lugar del de una minoría.
Me desconcierta unos
gobernantes que dicen defender a los más desfavorecidos de la sociedad y que
recortan ayudas sociales. Además de no valorar el esfuerzo social de esos más
desfavorecidos, que pierden derechos a cambio de mantenerse grandes puestos en
la clase política.
Por eso creo que es
necesario ya, una presencia valiente, confesante y sin complejos de toda la
comunidad católica en la vida pública, y no sólo de los seglares, sino todos
los miembros de la comunidad.
El Señor nos pide no
encender la luz debajo del celemín, sino ponerla sobre el candelero para que
alumbre a nuestro alrededor. La levadura del Evangelio debe penetrar en el
mundo de la acción política, en el mundo de la economía, del trabajo, de la
cultura y del arte, el ocio, el mundo universitario, y de los medios de
comunicación social… para orientar las realidades temporales según el corazón
de Dios. Cristo vino para salvar al hombre, a toda la humanidad, en todos los
tiempos y circunstancias.
URGE UNA PRESENCIA VALIENTE
Y SIN COMPLEJOS DE LOS CRISTIANOS CATÓLICOS EN LA VIDA PÚBLICA.
"Los gozos y las
esperanzas, las tristezas y las angustias de nuestro tiempo, sobre todo de los
pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanza, tristezas y
angustias de los discípulos de Cristo” (GS 1).
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